Empezar a escribir una carta para una
de las personas que mas te ha ayudado en toda la vida y darte cuenta
de que no tienes palabras para decirle ni nada con lo que agradecerle
todo lo que ha hecho por ti. No se si alguna vez te has sentido así,
pero es por lo que estoy pasando yo ahora mismo que quiero hacerte
una felicitación de cumpleaños digna, nada de whatsapp, una carta
bien hecha.
Podría empezar resumiéndote nuestra
vida, pero nuestra vida juntas. Una vida llena de recuerdos,recuerdos
como unas vacaciones en un camping llamado 'Ciudad de Albarracín',
donde pasamos unos días geniales,comenzando con la odisea de clavar
las piquetas de las tiendas de campaña hasta la vuelta en el coche a
reventar, pasando por rutas interminables, vuelos en tienda de
campaña con Kim Possible y museos de juguetes.Comidas donde
compartiamos plato y a escondidas me comía yo el arroz que a ti no
te gusta. Cenas en las cuales si nos cansábamos nos poníamos a
dormir en el maletero del coche. Jugadas eternas del Intelect o al
Alto Al Lápiz,también al monopoly de los Simpsons o al Uno Atack..
Bailar en mil y un rincones de Castilla-La Mancha y de
España.Conciertos de Melendi gritando y llorando, en primera o
ultima fila, pero el sentimiento era el mismo, y el mismo nos
recorría a las dos, y es que, cada vez estoy mas convencida de que
somos hermanas separadas al nacer. Pero esa sangre, no es una sangre
cualquiera, es una sangre rojinegra, rockandrollera hasta la médula.
Otro de los recuerdos que forjan nuestra amistad, pueden ser los
múltiples viajes inesperados a la capital a ver a quien quisiéramos
ver, contando mil y una mentira piadosa para que no nos descubrieran,
y siempre siempre, las jugadas han salido perfectas. Cada noche en
las que hemos podido formular las conversaciones más tontas que
existen para alegrar la una a la otra, y para darnos ánimos
mutuamente para reirnos de la vida, brindando con coca-cola, con una
guitarra y ser como calvas que se rapan al cero siempre la cabeza,
porque prefieren saltar solas a que les empuje la certeza.
Y sobretodo, te debo dar las gracias
por inculcarme los valores de Cruz Roja, porque sé, que si no llega
a ser por ti, yo no habría ido a ese campamento en el que empezó
toda esta aventura, y que, a día de hoy, juntas hemos cogido sus
riendas. Han sido unos cuantos campamentos, de niñas o monitoras,
organizados o por organizar, unos tantos viajes a la Warner, donde
Superman nos esperaba para hacernos una foto en galllumbos, y mas
viajes, ya fuera a la nieve, a Enguidanos, al McDonald, al Foster o
incluso simplemente a la Residencia de ancianos, los que nos han
unido todavía más. Dicen que la unión hace la fuerza, y más
demostrado que en nosotras, no puede estar. Juntas, nos hemos
empeñado en llevar a cabo campamentos y campamentos, festivales,
actividades, y un grupo de 30 niños con los que lidiar cada semana,
y juntas, lo hemos conseguido todo. Hemos callado bocas y hemos
demostrado que somos las mejores, que tu eres la mejor y que yo soy
la mejor, pero lo soy, porque siempre tengo tu apoyo, siempre, donde
haya una lágrima, está tu pañuelo para sonarme los mocos.
Por eso y por muchas cosas más debo
darte las gracias. Las gracias por estar siempre ahí, porque con una
llamada, una peli de Harry Potter y un bol gigantísimo de palomitas
me haces salir dela oscuridad. Por las miles de canciones con las que
hemos bailado hasta deshidratarnos del sudor para olvidar los
problemas y bebernos la vida, chutandonos en vena la felicidad y el
cachondeo. Sencillamente, debo darte las gracias por estar siempre
ahí, porque eres muy grande, amiga.
A parte de MUCHAS FELICIDADES, que
es lo de menos, decirte que sabes que siempre estoy ahí, al otro
lado del whatsapp, un poquito más abajo de tu casa o detrás de ese
telefonazo con las converse,y estoy para lo que necesites, ya sea un
hombro en el que llorar o alguien con quien cantar una canción de
Mago de Öz. Y, por supuesto, que te quiero muchísimo.