Siempre apunto.

jueves, 8 de octubre de 2015

Aprender a sonreír.

Ha vuelto a crecer,
la niña con miedo al abismo ha vuelto a creer.
Subida en lo más alto de la colina, 
ha gritado a los cuatro vientos,
a pulmón abierto,
y a sonrisa preciosa
que le vuelve a doler la barriga
de reír a carcajadas, 
y de guerras de cosquillas. 
Se ha roto las ojeras 
y ahora trasnocha porque le da la gana. 
La gana de besar 
y acariciar con sus pestañas
la comisura de sus labios
que forman la autopista 
hacia el acantilado más empinado
donde van a parar los besos 
con los que eriza su piel 
y donde susurra a sus huesos
que está
loquita de amor por él.