Siempre apunto.

lunes, 19 de septiembre de 2016

Último aliento veraniego.

La hierba se ha secado
y este verano se escapa
de mis manos.
Los coches se han llenado
de agobios y maletines de trabajo.
Las playas se han vaciado,
de turistas y enamorados.
El viento ha llegado ,
y tu pelo ahora luce despeinado.
Hacía días que quería escribirte,
pero mi orgullo hacía días que quería evitarte.
Hoy lo he mandado a la mierda
porque ayer te ví y volví a caer en ella.
En la torpeza de naufragar
con tus recuerdos ,
y tropezar con el echarte de menos.
Hace tiempo de todo aquello,
pero hoy todo aquello ,
vuelve a significar un poquito más.

miércoles, 13 de julio de 2016

La boda.

Juro que si
vuelvo a soñar
contigo,
me casaré
con el insomnio
para estar eternamente
unidos.

Y el día de la boda,
brindaré por partirnos
la boca a besos
y los huesos a revolcones.

Lanzaré mis pestañas
y el silencio las recogerá,
y querrá formar familia
con las telarañas de la
soledad.

Y esos serán mis invitados,
con los que me emborracharé,
para olvidar el pasado
y soñar que me has dado
el placer de bailar contigo ,
una última vez.

He , del verbo hacer y conseguir.

He sonreido
hasta partirme los dientes
fingiendo que 
ya no estabas
en mi mente.

He bajado la mirada 
cuando me cruzaba 
con tu madre, 
temiendo que me preguntara,
teniendo que mentirle. 

He repetido tu nombre
tantas veces frente al espejo
que tu reflejo se ha descosido 
y ahora lloro a un amor perdido. 

He bailado sobre la tumba
de mis lágrimas, 
para demostrarte que 
nuestras almas retumban 
aún cuando paramos el baile. 

He aprendido que 
lo nuestro fue
y que ya nunca más
volverá a ser.

He conocido a nuevas personas 
y me he sorprendido 
de que , con ellas, 
soy más feliz que contigo
y tus estelas. 

He vuelto a sonreír de amor,
por fin, 
y al fin, 
he descorchado el tapón 
de la botella ,
con la que brindar
porque nos vaya bien
a cada uno en su lugar. 

sábado, 25 de junio de 2016

AnTIguos AMOres.

Lamer la lluvia, 
abrazar la vida, 

comernos la boca,

fumarnos la maría, 

causarnos sensaciones,
y bebernos nuestros corazones. 

Entrar en razón, 
desmontar el colchón,
sonreír a medias ,
guiñar las pestañas, 
almacenar emociones,
y enamorarse de canciones. 

Aunque , al final, 
todo quede
en historias 
de antiguos amores. 

EL PRIMER ANDÉN.

Nos conocimos 
entre el primer andén,
y su última lágrima. 

Decía que quería volar,
y yo le convencí
de que sonreír
también es abrir las alas. 

Me miró
con cara de pocos amigos
y mirada de 
‘quiero follar contigo’. 

Se desabrochó 
el primer botón de la camisa, 
y abrió las puertas 
a mi fantasía 
de hacer turismo 
en el centro de sus piernas. 

Desprestigiamos al amor
e hicimos de aquella habitación 
la soledad de destrozar el colchón 
con alguien 
a quién no te declararías
en una estación de tren. 

Gimió seis atardeceres,
y al séptimo amanecer, 
volvió de nuevo

al primer andén.