Siempre apunto.

sábado, 1 de febrero de 2014

1.2.2013.

Uno de febrero de dosmiltrece. Ese día, sin creérlo, y sin esperárlo, cambió mi vida. Con un ''¿Quieres salir conmigo''? y un ''¿Te tengo que responer ahora o en papel?'' empezaba esta aventura. Ese día, juntos, abrimos las puertas a miles de momentos en los que hemos estado uno al lado del otro durante estos 365 días. 365 días que nos han servido para aprender muchas cosas, muchísimas. Hemos aprendido a amar, hemos aprendido a ser nosotros y a entendernos. Hemos aprendido a echar de menos y a sufrir cuando nos alejamos. Hemos aprendido a saber llevar las malas rachas y a sonreír al recordarlas. Hemos aprendido que somos dos, tú y yo, y nadie más. Hemos aprendido a llorar de felicidad , a querernos como nadie , a entender que no hay más personas. Hemos aprendido a solucionar los problemas, a besarnos con ternura, a integrarnos en nuestras familias. Hemos aprendido a hacer cosquillas,  reírnos a carcajadas, y otras cosas más que mejor se quedan en nuestra intimidad. Hemos aprendido a estar el uno con el otro, en lo bueno y en lo malo, como dijimos aquel uno de febrero de dosmiltrece, y sobre todo, hemos aprendido a amar a la persona, con la que vamos a pasar el resto de nuestra vida.
Cuando comenzamos, no sabía que ibas a significar tanto, no sabía que iba a tomar tanto aprecio a personas que antes ni sabía su nombre, y tampoco sabía que iba a tomar como mi familia, a personas que no conocía. No conocía este sentimiento, ni tenía el corazón acostumbrado al boom de sensaciones que me has hecho sentir tu día a día.
Dicen, que la vida es un camino, un camino que no lleva a ningún destino. No lleva a ningún destino porque nada está escrito en las estrellas, y ese final, te lo pones tú mismo. Tú te pones tus metas, y tu debes de intentar alcanzarlas y conseguirlas. Y ese estado de nirvana, o esa salvación, solo llegará cuando hayas conseguido todos tus logros, y cuando estés feliz con todo lo que te rodea.  Así, que yo, he decido soñar y soñar contigo. Aspirar a llegar a compartir una casa, hijos, mascotas, sábanas y sueños contigo. Y no me voy a rendir hasta conseguirlo, que lo sepas.
Muchísimas gracias por estos 12 meses llenos de te quieros, caricias, sonrisas y miradas.Gracias por ser la persona con la que más he compartido, y por haber contado conmigo para seguir el resto de este tu largo camino.
Decirte que nunca te rindas, que luches por tus deseos y que no te rindas jamás, que el que no arriesga, no gana.
Te quiero muchísimo, nunca lo olvides.