Siempre apunto.

sábado, 26 de enero de 2013

En el nirvana.

Unas simples líneas en un triste papel,mustio, descolorido, sin vida, le juraban amor eterno. Unas pequeñas palabras pronunciadas en un tono suave que habían brotado de la vibración de sus cuerdas vocales, le susurraban al oído que él la quería. Tumbados en un sofá, la magia emprendió su camino. Aquella habitación estaba llena, pero nadie se enteraba, ellos estaban solos. Los átomos de oxígeno dispersos en el aire, cada vez más y más, eran respirados por esos dos tontos enamorados, jadeantes, dejándose llevar. Al otro lado de la habitación, una foto enmarcada adornaba la cómoda de la televisión,dos libros y una revista del corazón. Encima de la mesa, dos cigarrillos encendidos, consumiéndose, cuyo humo, dibujaba espirales irregulares en el aire, y una botella de ginebra medio vacía. Poco a poco, la alfombra se iba llenando de ropa. Un sujetador lanzado con euforia cubre la foto familiar, impidiéndoles ver a los abuelos lo que está pasando en aquella habitación. La temperatura sube. Los sentimientos salen a flor de piel. Un gemido. Otro. La situación se convierte en el limbo del amor. Y todo lo que sucedió aquella noche, solo lo pude ver una funda de sofá colorida con diferentes estampados que había sido despegada.

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